Velázquez llegó a pintar más de una vez caballos con ocho patas o incluso más. Son los famosos pentimenti, sobre los que el pintor reconoció al final de su carrera que hubiera preferido no haberlos pintado. Ahora sí hay algunas cosas que se van a poder rebobinar y una de ellas es el envío de correos, lo que se convierte en un gran sueño en momentos de ira o confusión con la agenda de contactos.
Hasta la fecha, el margen de tiempo para deshacer esta operación es mínimo. Concretamente, desde que se da al botón de envío hasta que llega al destinatario. Google, líder mundial en gestión de correo a través de Gmail, es consciente del anhelo de poder abortar la operación una vez lanzado el mensaje. Por este motivo, desde hace seis años ofrecía como opción en pruebas la posibilidad de demorar el envío, aunque el sistema no garantizaba la efectividad. Ese sistema se basaba en un cintillo amarillo sobre el símbolo del correo, dando la opción de pinchar sobre él si se quería cancelar el envío.
Google ha perfeccionado el método tras seis años, un más que razonable periodo para dar con los errores, y ahora permite que cualquiera que use su herramienta pueda impedir un envío. Para activarlo basta con ir en la parte superior derecha a “Configuración” y buscar “deshacer el envío”. Se puede escoger un margen de cinco, 10, 20 o 30 segundos de correos en el limbo. A partir de entonces, no hay vuelta atrás.
La aplicación Inbox, una versión remozada del básico Gmail, también permite dar marcha atrás.
Tomado de:El País.com/Tecnología