El día del programador se celebra cada 256 días del año, es decir cada 13 de setiembre, a menos que sea un año bisiesto.
Muchos se preguntarán ¿Por qué 256? , bueno este número tiene la particularidad de ser el máximo de combinaciones distintas que se hacen con 8 bits y es la mayor potencia de 2 menor a 365 días. Y es que el número 2 es conocido por los programadores (1 o 0 ) .
Sin caer en tantos detalles del porqué se celebra este día, cabe recordar la gran importancia del programador, a pesar que muchas veces es incomprendido por los tiempos, por los usuarios molestos que se ha caído el sistema, entre muchas cosas, es responsable de que los programas en una institución marche adecuadamente y que el área de desarrollo generen nuevos proyectos en beneficio de la empresa, así que más paciencia y para los programadores, a celebrar!!
Bueno para finalizar un chistecito, (Cualquier realidad pura coincidencia)
En una hermosa mañana; un Programador, un Analista de Sistemas y un Jefe de Proyecto, paseaban por una playa para distraerse del proyecto que les traía de cabeza. De repente, encontraron una lámpara casi oculta en la arena. Obviamente, uno de ellos la frotó sin mucha esperanza y grande fue su sorpresa cuando apareció un Genio legítimo.
Al verlos, el Genio dijo:
* Bueno, imagino que conocen el procedimiento habitual para estos casos. Uds. saben, aquello de los tres deseos. Normalmente los concedo a una única persona, pero en este caso, como Uds. son tres, le concederé un deseo a cada uno.
El Programador quiso ser el primero y dijo:
* Me gustaría pasar el resto de mi vida viviendo en una gran casa en Fort Lauderdale, sin problemas de dinero y rodeado de muchas mujeres que me idolatren.
El Genio le concedió el deseo y lo envió a la casa de Fort Lauderdale, con mucho dinero y muchas mujeres.
Después siguió el Analista de Sistemas:
* Me gustaría pasar el resto de mi vida en un gran y lujoso crucero en el Mediterráneo, sin problemas de dinero y rodeado de muchas mujeres que me idolatren.
El Genio le concedió el deseo y lo envió al crucero en el Mediterráneo, con mucho dinero y muchas mujeres.
Al final, tocó el turno al Jefe de Proyecto:
* ¿Y cuál sería tu deseo? – preguntó el Genio.